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TESTIMONIOS DE HIPNOPARTO

EL NACIMIENTO DE OLI

LA EXPERIENCIA DE KONCHy, MAMÁ DE OLI

"UN EMBARAZO DIFERENTE"

Tenía la sensación de que este bebé llegaría antes de las 40 semanas. Pero como en la gran mayoría de aspectos con este embarazo, estaba totalmente equivocada y ya no sabía que pensar, me sentía una primeriza en muchos aspectos. He experimentado dos semanas de pródromos (algo que nunca tuve en mi primer embarazo), varias falsas alarmas, molestias menstruales  y Braxton Hicks potentes, a veces regulares, que me hacían ilusionarme por momentos para que después amanecer al día siguiente sintiéndome totalmente normal (Podéis leer la entrada de blog que hice al respecto, aquí)

"justo al terminar de desayunar, sentí mi primera ola"

Sábado por la mañana, 40+2, tras una noche muy tranquila para mi sorpresa y en la que he descansado bastante bien, me levanto sin muchas expectativas y sintiéndome totalmente normal. Justo al terminar de desayunar (aún sentada en mi pelota de fitball) siento un “Braxton Hicks” más intenso de lo normal, que me hace levantarme de la pelota diciendo “Auch” y tengo que respirar profundamente. Sigo de pie y le comento a mi marido que quizá tengo que ir a hacer de vientre y esa contracción molestado más de lo normal. Antes de bajar al baño siento otra del mismo estilo y le digo a mi marido, “veremos a ver, lo mismo empieza la fiesta” con un poco de guasa y un poco de ganas de que sea el caso, pero me extrañaba, ya que era por la mañana y de alguna manera esperaba ponerme de parto por la noche como con mi anterior parto (qué equivocada estaba)

"pierdo el tapón mucoso y llamo a mi equipo de parto en casa para informarles de la situación"

En el baño lo primero que veo es el tapón mucoso un poco ensangrentado en el salva slip. para mí,esto significa que esas olas no eran Braxton Hicks, sino olas de parto, pero aún no estaba completamente convencida. Le digo a mi marido que “esto” parece que ya está en marcha que vaya preparando, por si acaso.

 

Mi anterior parto (puedes leerlo aquí) fueron 2horas y media y no sabíamos qué esperar de este, habíamos planeado parto en casa y había que preparar el salón, la piscina, etc etc. Yo me quedé haciendo de vientre tranquilamente (mi cuerpo se preparaba), mientras mi marido recogía el desayuno y se ponía a preparar el salón junto a mi nene de 3 años y un puñado de nervios.

Decido informar a mi matrona Blanca Herrera, del equipo de parto en casa, sobre las 10:30, para que esté pendiente de las novedades, pero nada más. Yo me pongo a dar paseítos por la casa recogiendo cositas aquí y allá. Las olas parece que se repiten cada 2-4 minutos y empiezo a convencerme de que estas sí son de parto. Puedo sentir perfectamente cómo “tiran” de abajo hacia arriba.

La piscina ya está inflada y empezando a llenarse poco a poco, la música, aromaterapia, las luces, lo habían preparado todo entre mi marido y mi hijo en un tiempo récord. Me traen un zumo y dátiles para ir “picando”.

Sobre las 11 mi marido me insiste en ir llamando a las matronas para que vengan. Yo le digo que aún podemos esperar un poquito más, pero él parece que se siente más tranquilo con ellas de camino (30min aprox.) Accedo a su petición porque quiero que él esté cómodo y tranquilo aunque sé que aún tenemos tiempo de sobra. Sobre las 11:10 escribo a Blanca, confirmando que tengo olas “irregulares” (igual que mi primer parto). Le digo que se vayan viniendo para casa, pero sin prisas que aún me siento bien, puedo hablar y hacer cosas entre olas.

"las olas se ralentizan y se distancian"

Me siento en la pelota de pilates en mi salón decorado, con las luces, la piscina llenandose, la música… pero las olas se empiezan a distanciar. Para las 12:00 las matronas aún no han llegado y les escribo para decirles que la cosa se ha ralentizado y las olas vienen ahora cada 7-8minutos, que no hay prisa ninguna, pero al poco rato de escribirles ya han llegado a casa. Me alegra verles, pero me da cosa de que les haya llamado muy pronto. Mi marido nos da intimidad y calma y se va a dar un paseo con mi hijo Nico. Nosotras charlamos un rato mientras siento alguna que otra ola leve y me sugieren un tacto por ver si realmente hay parto activo o no. Con ese ritmo yo ya sospecho que no estoy dilatada aún.

“Estoy verde” (una expresión que odio porque sé que no significa nada). Cuello del útero sin borrar, dilatación 1-2cm (normal en mamás multíparas) y bebé bastante alto. Mientras estoy tumbada charlamos un buen rato sobre las opciones y en todo este rato no me da ni una sola ola, nada, toda actividad desaparece.

Me disculpo con ellas por haber actuado tan precipitadamente y haberlas hecho venir para nada, pero estaba segurísima de que esas olas eran de parto. Me siento bastante confundida.

Me levanto, y a pesar de la info, estoy bien y no me afecta. Blanca me anima, me dice todo lo que necesito oír, todas las opciones que pueden pasar: que no significa nada, que me puedo poner de parto en unas horas, esta noche o mañana, incluso me aconseja ir a dar un paseo por si se anima la cosa (me lo planteo), que haga mi día a día y me olvide un poco… Les digo que creo voy a dar un paseo que las llamaré de nuevo si hay algún cambio. Estando de pie hablando, siento alguna que otra ola, la verticalidad parece promover las olas. Blanca y María José ven como las surfeo, fácilmento, pero usando la respiración ascendente de hipnoparto.

"las matronas se van a dar un paseo"

Me dicen que mejor se van a dar una vuelta, a tomarse algo en un bar y en una hora o así vuelven. A mi me parece bien porque yo sé que las olas sí son de parto, independientemente de la dilatación que tenga etc. Conozco mi cuerpo. Quedamos en eso, se van sobre las 1pm.

Justo cuando las matronas se van, mi marido vuelve de dar un paseo con Nico pensando que ya debería de haber avanzado el parto y al ver la situación se extraña. Él está tan confundido como yo. Él sabe que conozco mi cuerpo y no entiende muy bien qué está pasando. Sinceramente, yo tampoco lo entiendo, este embarazo me ha tenido desconcertada desde el principio, así que, no sé muy bien qué pensar, pero estoy segura de que las olas son de parto.

"durante una de esas olas, me observo y me doy cuenta que no lo estoy haciendo bien. estoy tensa."

Decidimos que él va salir de nuevo a recoger algo para comer. Yo estoy bien y me quedo sóla en casa con Nico. Sigo de pie y las olas siguen viniendo, parece que se intensifican un poco. Nico es un campeón y se porta super bien. Se ha metido en la piscina de partos ya que el agua se estaba poniendo fría, al menos que la disfrute él un rato. Yo me entretengo viéndole mientras surfeo alguna que otra ola, contesto algunos mensajes y pienso en lo que ha pasado. Durante una de esas olas, me observo y me doy cuenta que no lo estoy haciendo bien, estoy oponiendo resistencia, sobretodo en la zona baja vientre. Estoy tensando los músculos de la zona pélvica durante las olas. De alguna manera puedo sentir que los músculos no pueden hacer su trabajo, la tensión que estoy poniendo no lo permite. Tengo que cambiar esto y me dispongo a hacerlo en la siguiente ola. Me apoyo en la pared mientras Nico chapotea y cuando siento que viene la ola, le doy al botón "boost" de la TENS y me concentro en la respiración ascendente y en mantener la zona pélvica relajada, no es nada fácil.

"acepto la ola, la abrazo y le doy la bienvenida"

Acepto la ola, la abrazo y le doy la bienvenida, visualizo el cervix abriéndose, incluso lo digo en voz alta "te estás abriendo" y para mi sorpresa siento cómo los músculos tiran y esta vez, puedo sentir cómo el cervix se abre un poquito. Me da un subidón porque sé que está funcionando y quiero que venga otra ola para poner de nuevo en práctica la sensación. La verdad es que al hacerlo de esta manera, la ola es más fácil de sobrellevar. Pienso: ¡¡qué tonta soy!! ¡Parezco nueva! Supongo que estaba tan concentrada en que vinieran las olas que no prestaba la suficiente atención en cómo llevarlas… ¡error de principiante! Me había olvidado de mis técnicas de hipnoparto, me había quedado sólo con la respiración y no estaba siendo suficiente. Así que ahora tenía un propósito cada vez que viniera una ola.

Recibo un mensaje de mi marido a las 13:30 viene de camino con un "caprichito" para comer y Nico pide salirse de la piscina. Cuando llega mi marido, 10 minutos después, se presenta con un pedazo de chuletón de ternera para cocinarlo junto a unos aguacates, fresh cream y queso azul. En principio no tengo hambre, pero tan pronto se pone a cocinarlo, el olor me hace salivar (¿oxitocina?)

 

Ahora estoy en la cocina apoyada y surfeando olas sobre la isla, muevo mis caderas y me balanceo de lado a lado y arriba y abajo. Las olas siguen siendo irregulares (cada 6-9-8-6 minutos) pero la intensidad ha aumentado y puedo sentir el cervix abriéndose más en alguna de ellas.

"me como un chuletón mientras surfeo las olas"

Las matronas vuelven tras una hora aproximadamente. Serán las 2pm más o menos. Les digo que se ha vuelto a intensificar las olas, pero que aún son irregulares y las llevo bien, además Matt está cocinando y vamos a comer algo. Deciden quedarse, pero se salen al patio a charlar para darnos intimidad.

El olor a chuletón es inevitable y le pido a Matt, mi marido, que me sirva ya antes de que se me vayan las ganas. Me sirve el chuletón ya cortado con trozos de aguacate, fresh cream y queso azul. Me sienta genial, está buenísimo, me lo como de pie, con las manos, moviendo las caderas. Nico también está comiendo chuletón sentado en la mesa, pero casi ni noto su presencia. Yo sigo comiendo, con mi TENS y surfeando olas.

"decido hacerme un tacto vaginal yo misma"

Sobre las 2pm decidimos que Nico se vaya a dormir la siesta a casa de la abuela (la casa de al lado) y así evitamos distracciones, por lo menos hasta el expulsivo donde me gustaría que estuviera presente.

Decido ir a ser pis para facilitar que el bebé baje y no encuentre obstáculos. Me lavo muy bien las manos y me atrevo a hacerme un tacto vaginal yo misma en ese momento. Estoy acostumbrada a sentir mi cervix y, por primera vez, no lo encuentro tan fácilmente o no como yo estaba acostumbrada a sentirlo. Estaba muy fino y abierto unos 4-5 cm (estimé yo sin ser una experta), la cabecita del bebé en el centro más baja y accesible (durante el tercer trimestre he sido capaz de sentir la cabeza de mi bebé sobre la pared vaginal).

¡WoW, qué sensación! Subí las escaleras hacia el salón con más ánimos que nunca. Se lo comento a mi marido, le digo "me parece que estoy de 4-5 cm" y él me da ánimos. Vuelvo al salón y me pongo en modo concentración durante las olas, a mi bola.

"acepto un tacto vaginal, pero en cuadrupedia"

Las matronas vuelven al poco tiempo, desde el patio ya escuchan como vocalizo con cada ola. Les digo que creo que estoy de 4-5 cm, y me ofrecen un tacto que acepto pero, esta vez no lo quiero tumbada, se que no voy a estar cómodoa, así que me coloco en cuadrupedia sobre el sofá (¡mucho más cómoda que tumbada!) Blanca lo confirma: 4-5cm, cabeza baja y cuello borrado. Me giro tras una ola intensa que me da tras hacerme el tacto y les digo: “¿entonces ya sí estamos de parto no?” y nos reímos un poco. Han pasado solo 2 horas desde que me dijo que estaba verde y que quizá esta noche o mañana me pondría de parto...

Blanca y María José se quedan en la cocina y me dejan en el salón a mi aire. Matt va y viene haciendo y preparando cosas, me da masajes, besos, me trae zumos, me dice que soy una campeona, que estoy en control y lo estoy haciendo genial, etc.

El agua de la piscina está más fría de lo que nos gustaría y Matt se pone a sacar algunos cubos de agua para rellenar con agua caliente. Yo quiero esperar hasta el expulsivo para entrar, la TENS me está yendo muy bien, como me esperaba, y quiero aguantarla tanto como pueda.

"disfrutando de las olas"

He encontrado mi esquina, frente a la puerta del balcón, ahora cerrado y ofreciendo intimidad a la estancia, me apoyo sobre sus puertas y así voy pasando las olas que se van intensificando por momentos, pero todavía las llevo bien. Hablo con María José entre ola y ola y le digo que realmente estas olas son las que me gustan, las disfruto, se ríe y creo que ella piensa que yo estoy loca jajaja, pero la verdad es que me gusta esta etapa, donde aún puedo estar en control y sentir el poder de mi cuerpo, disfruto las sensaciones que me ofrece, por lo menos hasta la transición luego ya no me gustan tanto. Se lo digo a Maria José y ella se ríe.

El tiempo pasa y empiezo a perder su noción. Sigo comiendo algún que otro dátil y bebiendo zumo. En algún momento informo que voy a hacer pipi de nuevo antes de que esto se ponga intenso, sé que ya no queda mucho para que ese momento llegue y quiero tener mi vegija vacía. María José menciona algo sobre cómo de bien y de rápido bajo las escaleras, pero quería estar de vuelta antes de la próxima ola (cosa que no ocurrió) tuve otra ola en el retrete y no me gustó estar sentada, me levanté para apoyarme sobre el lavabo para sobrellevarla mejor.

"las olas se intensificaban y sentía como mi bebé se movia y recolocaba"

Antes de volver a subir me hice otro tacto rápido. Calculé unos 5-6cm, pero no lo llegué a confirmar con las matronas, ya no quería más tactos, sabía que entrábamos en la recta final.

Seguí bebiendo zumos y durante las olas, las matronas y mi marido me hacían masajes en la zona del sacro. En este parto estaba sintiendo una molestia en la parte baja de la espalda que se acentuaba con cada pico de las olas.

Las olas se estaban haciendo más y más intensas y ya no las disfrutaba tanto, tenía que concentrarme al 100% en la respiración, gemir (ayuda muchísimo) e intentar mantener toda la zona pélvica relajada. No es nada fácil, pero una vez lo consigues se lleva muchísimo mejor. Entre ola y ola ahora básicamente descansaba, hablaba poco, cambiaba de postura y hacia movimientos con las caderas, las posturas asimétricas (poniendo un pie sobre el sofá y el otro en el suelo) me sentaban bien. Sentía como Oli empezaba a trabajar con mi cuerpo, se movía y se recolocaba con alguna que otra patada para encontrar la postura correcta para descender. Esto es algo que no fui consciente en mi anterior parto y me hizo conectar con mi bebé en la última hora.

"necesitaba un cambio, las olas ya eran bastantes intensas y estaba empezando a tirar la toalla"

Serían las 15:30 aproximadamente, cuando decidí entrar en la piscina. Necesitaba un cambio, las olas ya eran bastante intensas y estaba empezando a tirar la toalla. Indudablemente estaba en la fase de transición, lo sabía y esperaba encontrar algo más de alivio con el agua caliente, pero para ello necesitaba quitarme la TENS. Aún así, pensé en probar y sino me gustaba, siempre podría salir y volver con la TENS (cosa que no llegó a pasar)

Entré a la piscina y al principio el agua me pareció algo caliente, pero tan pronto cubrió mi barriga noté el alivio y la comodidad, primero del calor y luego la ligereza de estar en el agua. En el agua, las olas se distanciaron, Blanca me animó a disfrutar de estos descansos, “disfrútalos” me dijo y así lo hice, porque sabía que ya no quedaba mucho para conocer a mi bebé.

La primera ola dentro de la piscina fue super intensa. Se extendía desde el bajo vientre hacia atrás y se radiaba hacia mis caderas (esto no lo sentí con Nico). Mi marido continuaba masajeándome la zona del sacro y la verdad es que sentía alivio y le pedía que no parase.

Tras dos o tres olas super intensas, ya no sabía cómo me iba a poner para surfearlas de la mejor manera posible. Me acomodé de rodillas apoyada sobre el borde de la piscina que era bastante cómoda y blandita y en esa posición me quedé hasta el final.

"de repente, en la siguiente ola, sentí un cambio y lo comuniqué en voz alta: <estoy empujando>"

Mi vocalización en forma de “aahhh” se hizo más intensa, pero aún seguía controlando la respiración.

De repente, en la siguiente ola, sentí un cambio y lo comuniqué en voz alta “estoy empujando”, pero no dio tiempo a más. Sentí como Oli descendía rápidamente por el canal del parto, cambié a la respiración baja, pero no pude usarla más de unos segundos, la cabecita de mi bebé empezaba a coronar directamente, en el primer pujo del expulsivo. El punto más intenso del parto fue éste, pero mi cuerpo sabía lo que hacer. La coronación fue despacito, unos segundos sólo, donde mi respiración cambió de forma radical y natural y empecé a soplar entrecortadamente (menudo alivio encontré en este momento respirando así) y sin casi esperarlo nació su cabeza. Casi inmediatamente y para mi satisfacción me di cuenta de que el trabajo duro ya estaba hecho. Mi cuerpo me ofreció un descanso que acepté encantada.

 

"tan pronto nacieron sus hombros, me incliné para recoger yo misma a mi bebé BAJO EL AGUA"

Tras retomar el aliento, pude hablar y expresar mi asombro por la rapidez del expulsivo, no me lo esperaba. Era extraño tener entre las piernas su cabeza, pero a la vez un gran alivio y emoción. Pedí el espejo y pude verlo su cabecita morena bajo el agua, fascinante. Estaba muy consciente en ese momento, aunque aún sumergida por completo en el proceso, como quien está entre dos mundos. Me animé a tocar su cabecita y fue lo más increíble de todo el parto. La estuve acariciando un rato, era tan suave... Mi marido también tuvo la oportunidad de tocarla, justo en el momento en el que la bolsa se rompió y empezaba una nueva ola. Me llené de fuerzas, sabía que mi bebé ya estaba aquí, y dejé que mi cuerpo sólo empujara a Oli hacia el exterior. Tan pronto nacieron sus hombros (mucho más fácil que la cabeza) me incliné para recoger yo misma a mi bebé bajo el agua y terminar de sacarlo de mi interior para ponerlo sobre mi pecho a las 15:54pm. Una experiencia increíble, intensa, dura, pero inolvidablemente positiva. No podía creer el expulsivo tan rápido que acababa de tener y cómo había fluido todo el proceso desde que decidí abrazar cada ola y dejarme llevar. Mi marido no paraba de decir lo increíble que le había parecido, una sonrisa en su cara y unos aplausos fueron su reacción.

"me encontraba genial y pude disfrutar del inicio de la lactancia materna aún en la piscina"

Me encontraba genial, me acomodé en la bañera con Oli sobre mi pecho. Me ayudaron a quitarme la camiseta y mientras comentábamos nuestras impresiones pude disfrutar de un agarre espontáneo como inicio de la lactancia materna. También tenía vernix caseosa la cual extendimos sobre su piel.

A los 10 minutos sentí de nuevo una ola. La posición sentada era bastante incómoda y me incliné ligeramente hacia un lado para surfearla. La placenta se abría camino (otra experiencia que no llegué a tener en mi anterior parto) A la tercera ola, de intensidad moderada debo decir, y usando la respiración descendente, la placenta nació mientras yo la acompañaba con mis manos. Solo entonces el agua se tiñó de un rojo transparente. Tuvimos tiempo para verla, tocarla, examinarla etc. Resultó ser algo diferente, ya que tenía un "cotiledón accesorio" (tenía un lóbulo más apartado que los otros).

Media hora más tarde, el agua se enfrió y sentí que no estaba a gusto en la piscina.

Me ayudaron a tumbarme sobre el sofá con mi bebé y su placenta, aún unidos. Hicimos imprimaciones en papel de la placenta y una vez terminada, yo misma corté el cordón. El cual ya estaba bien flácido, blanco y sin pulso. Otra curiosidad de mi cordón fue su grosor aumentado en determinados puntos, la gelatina de Warton haciendo su trabajo para proteger las venas y arterias del cordón.

Nico había dormido su siesta, durante todo el proceso de parto activo y el expulsivo súper rápido y se despertaba ahora, una vez había pasado todo, aunque él no podía estar más contento de conocer a su hermanito.

Tras un buen rato haciendo piel con piel, las matronas me revisaron. Periné intacto para mi satisfacción. No había desgarros, ni laceraciones externas, ni internas. Después pesamos al bebé 2,900Kg e hizo su primer gran pipí en el momento justo de ser pesado. Poco después expulsó su primer gran meconio sobre el pecho de papá justo cuando hacían piel con piel jejeje.

"impresiones finales"

No puedo estar más contenta con mi equipo, mientras yo disfrutaba de mi nuevo bebé, las matronas y mi marido se encargaron de dejarlo todo recogido y como si no hubiera pasado nada.

¿Mi experiencia global con el parto en casa? Qué os voy a decir, repetiría una y mil veces, lo que ya no se es si repetiría otros 9 meses de embarazo, que se me hacen eternos jejeje. El parto en casa merece la pena, si esa es tu decisión y deseo, y si estás convencida de que es lo mejor para tí. Es una experiencia única, inolvidable, tú estás en control de todo y en todo momento, no hay coacciones, ni cronómetros, el tiempo se para y tú simplemente te dejas llevar por el proceso, desde la comodidad y seguridad de tu casa, sin interrupciones, con personas de tu confianza, la oxitocina simplemente fluyendo, mires donde mires, huelas lo que huelas, toques lo que toques…

Ojalá, pronto, el parto en casa se incluya en la cartera de servicios del sistema nacional de salud y se convierta en una realidad para todas las mujeres que así lo elijan y no sólo para unas cuantas afortunadas.

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